jueves, 15 de diciembre de 2016

Imaginaria carta abierta a la clientela

No hay quien os entienda, la verdad. Parece que no estáis contentos con nada. Mirad el revuelo que habéis montado a cuenta del escudo. No habíamos acabado de presentarlo y ya estabais sacando del zurrón la monserga de siempre: historia, identidad, tradición, sensación de pertenencia a unos colores y a unos símbolos. Paparruchas. Menos mal que por un oído nos entra y por el otro nos sale, si no esto sería un sinvivir.

No creáis que no nos lo esperábamos. Sabíamos que esto iba a suceder. En el fondo sois totalmente previsibles. Debo confesaros que todo forma parte de un plan concebido por mentes mucho más preclaras que las vuestras. No ha sido más que una cortina de humo. El ruido a cuenta del escudo ha silenciado cualquier tipo de pregunta incómoda sobre el traslado al estadio. El debate sobre si el oso es ahora un koala con tortícolis y el madroño ha migrado a nube tóxica causante del efecto invernadero ha hecho olvidar el tema de los accesos que no acceden y el de las cuentas que no suman. Solo ha sido un subterfugio y de eso sabemos un rato. Tantos años de experiencia esquilmando sirven para algo.


Mientras debatís sobre las formas redondeadas del escudo o sobre el nombre de estadio exótico al que le hemos añadido las migajas de un apellido con aroma de antaño seguimos a lo nuestro. Desde hace ya bastante tiempo os habéis convertido en clientes. Ya no sois socios, ni abonados, ni casi aficionados por mucho que lo creáis. No tenéis ni voz ni voto. Vuestra única opción es la de tragar. Con lo que sea. Total, ya habéis tragado con una apropiación indebida, con una intervención judicial, con negritos y hasta algún blanquito que tuvisteis que merendaros. Hemos ido dejando morir el estadio que teníais en propiedad y os hemos llegado a convencer de que no había más salida que mudarse. Si no os volvisteis hacia el palco cuando no pusimos un duro o cuando nos visitaba el Racing de Ferrol, ¿lo vais a hacer ahora? No creo. Por si acaso no haremos acto de presencia, no vaya a ser.

A pesar de todo, debo decir que en el fondo me molesta vuestra actitud. Ese afán de protestar con la boca chica por cualquier nadería para luego acabar callando ¿Por qué no asumir desde el principio que este es nuestro cortijo? ¿No os ha quedado suficientemente claro después de tantos años? Me hace mucha gracia cuando oigo lo de que se debería haber consultado a la masa social. Aquí las decisiones las tomamos nosotros, que para eso cobramos como si metiéramos veinte goles por temporada. A vosotros os dejamos solamente la falsa impresión de que formáis parte de esto. Seguid con vuestras inanes pataletas románticas. Inundad las redes sociales de indignación e incluso manifestaos en los ratos libres, que aquí estaremos nosotros para no escucharos. Ciertamente, esto de gestionar con pretendido éxito un club como este tiene muchos sinsabores. Aguantaros, por ejemplo. Lidiar con vosotros que no ocasionáis más que molestias. La verdad, hay días que se levanta uno y dan ganas de mandar todo al garete. A veces dan ganas de dar un portazo e irse a dilapidar vuestro patrimonio a otro sitio. 

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