A Simeone,
al que felicitamos ayer por su cumpleaños y hoy felicitaremos por sus 200
partidos al frente de la nave, le estaban esperando como se esperaba a los
franceses cuando lo del 2 de Mayo. Le acechaban agazapados en un recodo del
camino, faca y pluma en mano. No crean que el Cholo haya puesto de rey a un
hermano suyo o haya paseado por las calles de la capital silbando la
Marsellesa, que como todo el mundo sabe es un himno que inflama el ánimo
gabacho pero toca las narices a los de enfrente con tanto enfants de la patrie y
tanta matraca. A nuestro técnico le estaban esperando a cuenta, supuestamente,
de un cambio mal hecho y de que no acabó de salir bien el plan de no
desabrigarse en exceso ante el gélido ambiente que siempre mora en casa del
enemigo. Eso dicen los que pretenden derribarle del caballo. Puristas de la
pizarra mal entendida, nuevos creyentes de la religión basada en montes atestados de orégano. Mienten.
Nadie como
Simeone trabaja antes de los partidos. Ningún entrenador maneja tantas
variantes en forma de jugadas ensayadas hasta la extenuación. No se conoce
técnico que vea vídeos de los rivales tantas veces, que estudie hasta el más
mínimo detalle todo aquello que pueda influir en un lance. Valga como ejemplo
lo que contaba Juanfran en una entrevista hace poco: en los descansos se habla
y se ensaya cómo se va a sacar de centro, cómo se desarrollará, como si fuera
una coreografía, la primera jugada de la
segunda parte. Aun así, le esperan acusándolo de descuidado, de no haber tenido
en cuenta otras alternativas, de dejación de funciones. Manda oeufs, que dirían
los afrancesados.
Lo más
inquietante es que la turba, formada realmente por cuatro gatos despeinados
pero ruidosos, eso sí, se compone de igual manera de guerrilleros de la otra
orilla, de los que se puede esperar cualquier atrocidad, como de la nuestra, lo
que sorprende y preocupa más. Supongo que Manoletes, Matallanas y otras
hierbas se habrán echado al monte impelidos por la nostalgia hacia Ferrando o
Manzano, con los que la cosa iba mucho mejor para ellos. Los habrá que dirán
que son muy del Atleti, muy patriotas y por ello les llaman a ciertas tertulias
en las que pretenden representar, sonrojo tras sonrojo, al aficionado
rojiblanco. Callaban calentitos en sus guaridas cuando el objetivo era la
intertoto, cuando la ilusión de la temporada se descosía sin llegar a las
navidades, cuando los tribunales calificaban las apropiaciones y las
cooperaciones pero salen indignados a pasar a navaja a nuestro técnico por un
planteamiento más o menos afortunado.
Lo mismo
pasado mañana vuelven a salir trabuco en mano para disparar a quien se mueva en nuevo episodio de esta chusca búsqueda de la Independencia y dirán que lo hacen para vengar un corner mal defendido o una alineación que a
sus (cortos) juicios parezca descompensada. Volverán a alzar horcas, guadañas y
antorchas pidiendo la cabeza del técnico, acusándolo de hijo de más allá de los Pirineos. Teniendo los santos cojones
de hablar de cambio de ciclo sin que se les caiga la cara de vergüenza. Sepan
ustedes que ese comportamiento tampoco aparecerá movido por ningún interés deportivo
ni estratégico. Ese comportamiento, esa inquina desmedida nació en el mismo
instante en el que Simeone, visionario él, señaló a estos cobardes guerrilleros dándonos un consejo que nunca deberíamos
olvidar: No consuman.
¡Cuánta razón!
ResponderEliminarNo estoy muy de acuerdo en su “no consuman”. Creo que hay que pasar a la defensa activa contra esta chusma. Hay que avergonzarles, abochornarles y, finalmente, expulsarles.
¡FORZA ATLETI!
Hombre Don Pablo, el "No consuman" tiene per se afán apocopado. Nada hay mejor que conocer a tu enemigo como dice El Arte de la Guerra y a estos se les conoce y se les cala solo leyendo un párrafo de sus diatribas.
ResponderEliminarAun así, debe usted valorar el sentido profiláctico del "No consuman", Uno nunca sabe (sí lo sabe aunque no quiera admitirlo) en qué mentes de neurona espaciosa pudiera recalar el pútrido mensaje. Mejor que no se acerquen...
Abrazos